No se puede negar que la lista de prioridades en las operaciones MICE y congresuales ha cambiado en los últimos años. A preocupaciones como la sostenibilidad, el legado, la retención del talento y la seguridad, se ha sumado la DEI: la diversidad, la equidad y la inclusión.
Los viajes de incentivo están experimentando un cambio de paradigma, pasando de ser simplemente recompensas a convertirse en experiencias memorables que potencian las capacidades personales y emocionales. Las empresas ahora los utilizan para retener y atraer talento, promover el bienestar y fortalecer relaciones profesionales. Se apuesta por destinos más originales y culturales, con programas personalizados que incluyen más tiempo libre para disfrutar. Líderes de la industria comparten sus opiniones sobre estas tendencias emergentes.
Nadie parece cuestionar que cuando se logra trabajar en equipo, el rendimiento es mucho mayor que cuando se piensa únicamente en el beneficio individual. Sin embargo, las herramientas destinadas a favorecer la transmisión de este mensaje no siempre son bien utilizadas. Incluso cuando se invierte en ellas.