Por Rocío López Alemany
Desplazarse con la mayor comodidad, de manera directa y eligiendo los horarios que mejor convienen, sin colas ni restricciones de equipaje… Con la crisis económica muchas empresas se lanzaron a buscar negocio en el exterior y es por eso que hoy en día, hasta en el seno de las aerolíneas convencionales, comienza a contemplarse como una opción real la reserva de vuelos corporativos personalizados. Y más allá de la posibilidad de crear sus propias rutas, el uso del jet privado es además un servicio que supone un incentivo en sí mismo.
Un servicio exclusivo
Comodidad, privacidad y servicio personalizado y exclusivo: son las tres claves de la aviación privada, cuya percepción por parte de muchas empresas ha cambiado. Si bien anteriormente el perfil de la aviación ejecutiva coincidía con el de pasajeros de muy alto poder adquisitivo, con la evolución provocada por la recesión económica este perfil ha cambiado.
Los clientes de la aviación privada buscan mayor productividad y ahorro de tiempo, consiguiendo que sea posible que un representante pueda ir a firmar un contrato por la mañana a otro país y regresar en el mismo día a su casa. De esta manera la empresa se ahorra costes vinculados a alojamiento, coches de alquiler, comidas y otros gastos que serían inevitables a la hora de hacer el mismo viaje, sin olvidar que sin recurrir al vuelo privado el mismo desplazamiento se alargaría durante varios días.
Un venue en las alturas
En un avión privado es posible reunirse, planificar y trabajar, lo que garantiza algo nada desdeñable: total productividad durante el tiempo de trayecto.
Si atendemos a la nueva oferta de aerolíneas como Ryanair, que este año se subió al carro de la aviación privada ofreciendo servicio de alquiler de aviones para vuelos corporativos, destaca que el principal argumento de compra por parte de las empresas es la comodidad de los pasajeros y la extensa oferta de vuelos que pueden operar en Europa.
Desde Europair defienden que no sólo la comodidad cuenta, sino que la principal ventaja es diseñar el itinerario más directo, elegir los horarios más convenientes y crear conexiones con otros vuelos incluso desde destinos mal comunicados o con escasa cobertura en vuelo regular.
Para Globalia Broker, la clave es el ahorro de tiempo, de dinero y la mayor productividad, confirmando la posibilidad de optimizar al 100% los tiempos destinados al trayecto.
Según confirma un estudio realizado por GEBTA (Guild of European Business Travel Agents y Europair), en España menos del 5% de las empresas recurren hoy por hoy a la aviación privada, por lo que la punta del iceberg sólo ha comenzado a asomar. No obstante, se espera un crecimiento en los próximos años sobre todo de la mano de las pymes. Gerardo Manzano, del bróker Europair, está convencido de que “cuando las pymes sean conscientes de las oportunidades de negocio, ahorro y conciliación que representa la aviación ejecutiva muchos optarán por ella”.
En Latinoamérica se puede hablar de auténtico boom, sobre todo en Chile, Colombia, Perú y México, aunque los datos que se manejan recopilan de manera conjunta las reservas de jets y de helicópteros. En gran parte se debe al lanzamiento de productos llamativos como el Mexjet creado por la mexicana Aerolíneas Ejecutivas: es un plan mediante el que la compañía puede comprar paquetes de 200 horas de traslados aéreos y utilizarlas cuando lo necesiten en un plazo de cinco años.
Hay que destacar que el abanico de precios es muy amplio según el tipo de jet que se reserve: no es lo mismo un airliner que un jet con menos potencia. Tampoco un avión convencional customizado para un uso corporativo que un jet privado, menos aún de los últimos modelos que han llegado al mercado.
Estadísticas reales
Según Gebta, si bien la aviación ejecutiva es de media un 44% más cara que la aviación comercial, siempre y cuando se compare con las tarifas en business, las diferentes partidas que se pueden evitar con un desplazamiento personalizado de punto a punto pueden reducir considerablemente este porcentaje y hasta invertirlo, convirtiéndolo en un ahorro.
La aviación ejecutiva permite acortar entre un 35% y un 50% la duración total del viaje, evitando en consecuencia noches de hotel. El ratio de horas productivas de los viajeros de negocios roza el 80% del tiempo total invertido en el viaje, frente al máximo del 50% que se registra en los viajes en aviones convencionales, incluso en business.
Pernoctaciones, traslados hasta el hotel, dietas asociadas a la estancia… forman parte de los llamados “costes ocultos” y se sitúan en torno al 25% al desplazarse en avión privado, mientras que pueden llegar al 80% en un viaje en clase business convencional.
Con todo ello, y como conclusión ante el análisis de un posible ahorro, Gebta afirma que el coste real de un desplazamiento profesional a bordo de un avión comercial puede ser hasta un 81% superior al de un viaje ejecutivo.
Gebta y Europair también han estudiado los ratios de conciliación de vida profesional y personal, que pueden alcanzar el 80% con este tipo de desplazamientos, frente al 20% asignado a los trayectos en transporte convencional.
Otra dato importante: el ratio de horas de sueño perdidas durante un vuelo estándar supera el 75%, mientras que a bordo de un vuelo privado apenas roza el 40%.
Un producto en desarrollo
En España, Madrid y Barcelona son los dos polos de la aviación privada, con un perfil netamente corporativo. Sin embargo, en un futuro también deberían cobrar peso nuevos destinos: GEBTA anticipa que son las pymes diversificadas por toda la geografía nacional las que apostarán por desplazarse a vuelos privados, por qué no dentro del territorio español. A esto se añade que las cifras ligadas a las exportaciones van en aumento cada año, en una demostración de la apertura de las pymes a los mercados internacionales.
Una opción para incentivos
El jet es una opción de transporte que los organizadores con presupuestos elevados estiman para sus viajes de incentivo. Y es que entrar en una terminal dedicada, con servicios exclusivos en el mismo aeropuerto, con la posibilidad de acceder directamente al avión nada más llegar y sin ninguna espera, completan la experiencia a bordo: a la elección de horarios se suma el menú más adecuado y una privacidad a bordo que hace del viaje una experiencia difícil de vivir de modo personal.
De la mano de esta tendencia cada vez más consolidada de combinar las convenciones con programas de incentivo, por qué no combinar una sesión de trabajo antes de llegar a destino con una cata de productos exclusivos a bordo.
Cualquier destino es accesible
Los jets privados permiten un acceso directo a todos aquellos destinos que dispongan de una pista de aterrizaje y formen parte de la red mundial de aeródromos certificados. Esto significa que no sólo se abren muchas puertas en destinos que pueden interesar desde un punto de vista empresarial sino que cualquier grupo de incentivo puede ser trasladado con todo el confort al corazón de áreas del planeta con poca conectividad.
No siempre lo que parece más caro lo es. Algo que los proveedores de la aviación ejecutiva, o la customización para uso profesional de aviones convencionales, se esfuerzan por demostrar es que no sólo el precio cuenta: un ejecutivo que llega descansado a su reunión siempre será más eficaz. Si además ha disfrutado de las condiciones idóneas para trabajar, no tendrá el lastre de lo que deja sin hacer.
Un grupo de incentivo recordará siempre la experiencia de haber volado en un jet privado y haber vivido la acogida de las terminales ejecutivas y los servicios a bordo más exclusivos. Todo son puntos que suman a un precio que con buenos cálculos, en las situaciones propicias, puede resultar hasta más barato.
Para este tema hemos entrevistado a:
Robin Kiely
Director de comunicación de Ryanair
“Ofrecemos servicio de jet privado en un avión customizado”
Gerardo Manzano
CEO de Europair
“Para incentivos podemos organizar hasta degustaciones a bordo”
Carsten Hoffmann
Director General de Lufthansa España / Portugal
“Atendemos necesidades que la aviación comercial no puede atender”