Por Javier García

El 11 de septiembre de 2001, triste efeméride del calendario histórico reciente, varios miembros de Al Qaeda hicieron colisionar dos aviones en las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, causan do la muerte de cerca de 3000 personas. El 11 de marzo de 2004 la ciudad de Madrid amaneció convulsionada por los atentados yihadistas llevados a cabo en cuatro trenes, segando la vida de 193 ciudadanos. El 18 de marzo de 2015 Túnez vivió un ataque en el Museo Nacional del Bardo que se cobró la vida de 21 turistas.

Unos meses más tarde, un terrorista mataba a tiros en la ciudad costera de Susa a 38 personas, la mayoría de ellas viajeros británicos. Turquía sufrió también las consecuencias de la barbarie terrorista en Ankara, don de un centenar de ciudadanos murió en el mes de octubre durante una marcha por la paz. Otra matanza terrorista, ésta más cercana en el tiempo, sembró el pánico en París y se llevó la vida de 129 personas a mediados del pasado mes de noviembre.

El mundo ya no es un lugar seguro

Éstos son sólo algunos de los capítulos de la sombría realidad que se vive en el mundo en los últimos años. En la mayoría de los casos, los gobiernos actúan con rapidez y activan los protocolos necesarios para garantizar la seguridad e intentar que no se repitan hechos de este cariz. Sin embargo, la herida provocada por los daños humanos, sociales y económicos ya está abierta. Y la incertidumbre que genera la sensación de que el mundo ya no es un lugar seguro no ayuda a cerrarla. Más aún cuando a estos trágicos atentados se suman catástrofes naturales, situaciones derivadas de crisis económicas y humanitarias, epidemias sanitarias y conflictos bélicos.

Graves consecuencias

Mientras que el turismo vacacional se resiente de manera muy importante al menos durante las semanas posteriores a los atentados allí donde se producen, en el caso del segmento MICE la recuperación con lleva menos tiempo en lo que a viajes individuales se refiere. Sin embargo, no ocurre lo mismo en las reservas grupales, convenciones y congresos. En el caso de París, el grupo hotelero Accor confirmó haber perdido el 40% de sus reservas en los días posteriores  a los atentados acaecidos en noviembre. Sin cifras oficiales, varias han sido las grandes convenciones y congresos que debían tener lugar en la capital francesa en diciembre de 2015 que también fueron cancelados.

Los destinos reaccionan

Las campañas que la ciudad o país afectado pongan en marcha tras los sucesos son claves para la recuperación. Cuanto antes se actúe, antes se recupera la confianza del sector. Porque tal y como nos cuentan, la mayoría de responsables de promoción considera que las empresas y asociaciones no dejarán de organizar sus eventos en el extranjero, aunque sí mirarán con lupa dónde hacerlo.

Sobre este tema hemos entrevistado a:

Matthias Shultze
Director general del German Convention Bureau
“Nadie decidirá no ir dentro de dos años a París”

Mohamed Sofi
Director para España de la Oficina Nacional Marroquí de Turismo
“Si no actúas, la competencia te sustituirá”

Eugenia Fierros
Directora de la Oficina de Turismo de Noruega en España
“Lo más importante es trabajar la comunicación”

Bernardo Muñoz Angosto
Consejero económico comercial de la Oficina Comercial del Perú
“Si en otros países hay problemas, reforzamos el esfuerzo”

Steen Jakobsen
Director de Dubai Business Events
“Se seguirá creyendo en el face to face”

Cristina Bernabé
Directora para el Sur de Europa de VisitBritain
“No notamos un efecto de lo ocurrido en los últimos meses”

Johan Cavallini
Director de VisitSweden en España e Italia
“Será un reto para la industria y los gobiernos gestionar los flujos de refugiados”