Por Cristina Cunchillos
Vivimos en una sociedad que cada vez requiere ser más responsable y solidaria; los múltiples debates sobre el cambio climático nos conciencian del impacto de nuestras acciones sobre el medioambiente; situaciones sociales como la actual crisis de refugiados en Europa nos recuerdan que existen grupos desfavorecidos en todo el mundo; contamos con más información y estamos más sensibilizados con la discapacidad o las necesidades de quienes padecen ciertas enfermedades… Estamos rodeados de retos que nos incumben a todos, y sabemos que todos podemos ayudar. Por eso el concepto de responsabilidad social ha cobrado tanta fuerza en las últimas décadas.
En el ámbito corporativo, las empresas buscan aportar su grano de arena mediante políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), ya sea por iniciativa propia o porque así lo esperan sus clientes o accionistas.
Hoy por hoy contar un programa de RSC no es una exigencia legal sino algo que las empresas adoptan voluntariamente en mayor o menor medida: mientras que algunas se limitan a mejorar la gestión de sus desechos otras participan en algún torneo benéfico… también hay quien centra sus esfuerzos en trabajar con la comunidad local y proteger su entorno natural. Sea como sea, la RSC coherente es aquélla en la que los representantes de la empresa participan y adoptan los principios que la definen.
Vincular a los representantes
Las actividades de teambuilding son la excusa ideal para vincular a los empleados con estas políticas, del mismo modo que contribuyen a difundir otros valores corporativos. El resultado es doble: se motiva a los participantes mediante una experiencia que genera la impresión de que sus esfuerzos re percuten directamente, y de forma positiva, en un colectivo o en el medioambiente.
Por eso la combinación de iniciativas de RSC y ejercicios de motivación en programas de teambuilding responsables y solidarios es una opción cada vez más popular.
Cómo organizar un teambuilding responsable
Se pueden diseñar múltiples actividades que, además de probar la destreza de los participantes y fomentar el trabajo en equipo, resultan algo tangible que beneficiará al entorno natural o social en el que se llevan a cabo. Por ejemplo, los grupos pueden acometer la reforestación de un terreno o la limpieza de arroyos, trabajar en el acondicionamiento o construcción de instalaciones educativas o en el montaje de juguetes y equipamientos para menores sin recursos.
Por ejemplo, tras la última sesión de trabajo del congreso 2016 de la Federación de Organizadores de Congresos y Afines de América Latina (COCAL), los participantes fueron divididos en grupos. Cada uno debía terminar de construir una silla de ruedas que posteriormente sería cedida a una comunidad de Guadalajara (México). No sólo queda patente la implicación de los asistentes en el reto. El momento lúdico llegó cuando mediante una carrera se probaron los equipamientos. Y la emoción repleta de satisfacción, llegó con la entrega a un grupo de niños.
Otra forma de añadir un elemento de responsabilidad social a una actividad de teambuilding es utilizando la iniciativa para recaudar fon dos destinados a la asociación benéfica que la em presa elija.
Un ejemplo consiste en organizar una sesión de cocina en la que los participantes deben demostrar sus habilidades haciendo pasteles que posteriormente pondrán a la venta. Otra posibilidad consiste en organizar una clase de música tras la que los participantes darán un concierto para el que se venderán entradas, todo ello con fines benéficos.
Receptivos implicados
Cada vez hay más receptivos que organizan este tipo de pro gramas. La agencia argentina Sintec-Tur trabaja con la oenegé Techo para ofrecer una actividad en la que los grupos construyen casas de madera para familias necesitadas.
En México, Teams propone el ensamblaje de bicicletas que se regalan a niños desfavorecidos: una actividad, entre otras, que también ofrecen Exploramás en España y O3E en el Reino Unido. Esta última es una agencia que se dedica exclusivamente a actividades de teambuilding responsable, así como eventos en venues pertenecientes a organizaciones de caridad de modo que éstas se benefician económicamente y el evento deriva en acciones concretas con la comunidad y el entorno.
Estas agencias no se contentan con organizar las actividades sino que hacen un seguimiento exhaustivo para garantizar que se genera el beneficio previsto en el medio natural o el colectivo. Es el caso de Exploramás, que tras una reforestación realiza labores de control de la zona repoblada. Si se trata de una actividad con una oenegé, mantienen el contacto con sus responsables con vis tas a comprobar el impacto de la acción y actualizar las necesidades que se produzcan.
Huella
Los participantes suelen regresar a sus hogares sorprendidos del profundo impacto personal de su actividad.
No sólo comparten un momento único con sus compañeros: el sentimiento de autorrealización, como trabajador y, sobre todo como persona, que genera haber contribuido al bien de terceros es impagable. Y es que la sonrisa de un niño que recibe su primera bicicleta es sin duda algo difícil de olvidar. Muchos emplea dos mantienen contacto con los beneficiados por lo que la buena acción social se extiende más allá de lo vivido con la empresa
Impacto en la reputación empresarial
Además de fomentar la motivación de las plantillas, las empresas que organizan programas de teambuilding responsable y solidario perciben una mejora en su reputación. No es igual una sociedad que sólo piensa en su negocio que aquélla que muestra que se preocupa por su entorno social y medioambiental.
Esto obviamente puede repercutir en un incremento de las ventas.
Y que el efecto es palpable. En 2015, la agencia O3E donó 400 bicicletas construidas por grupos en actividades de teambuilding. Gracias a estas bicis, tres jóvenes residentes en comunidades aisladas encontraron empleo o un niño con tumor cerebral puede disfrutar de excursiones con su familia en su nuevo triciclo para discapacitados.
Este tipo de historias no sólo llegan al corazón, sino que de muestran que en un teambuilding responsable, ganan todos.
¿Están de moda los teambuilding responsables?
No me atrevería a calificarlo de moda. En Exploramás llevamos diez años diseñando y organizando experiencias que crean un vínculo de compro miso con el entorno natural y social del destino. Son eventos que generan una relación win-win, vivencias con una intensa carga emocional que dejan huella en el destino y los participantes y permiten a las empresas vincular a sus representantes con sus políticas de RSC. También impactan en nosotros por la emotividad que implican y la exigencia que generan en nuestra organización.
¿Podría darnos ejemplos de teambuilding responsable?
Recientemente organizamos un evento en Marbella para 110 empleados de una multinacional. Los participantes recibieron herramientas con las que acometer el montaje de bicicletas para un Hogar Infantil de Acogida local. Al mismo tiempo, organizamos juegos en la playa para los menores de ese centro. Ninguna de las partes conocía la presencia de la otra hasta que hicimos que se encontraran cara a cara y compartieran un momento de juegos.
La carga emocional de ese momento impactó en todos: niños, participantes y, desde luego, en nuestro personal. Hubo incluso participantes que se interesaron por algunos niños y se comprometieron a mantener el contacto para tratar de ayudarles en su etapa educativa.
También hemos llevado a cabo reforestaciones, tanto en el medio natural como indoor, gymkhanas con fines solidarios, actividades en las que los premios son do naciones a entidades sociales…. afortunadamente son muchas las posibilidades que existen a la hora de implicar a los grupos en acciones responsables.
¿Qué impacto tienen estas experiencias?
Son vivencias que impactan en los participantes de una manera intensa, generan un vínculo con el destino en el que se encuentran y abren un camino de compromiso y cooperación que en muchos casos se mantiene cuando regresan a sus países. Para las empresas son magníficas oportunidades de incorporar a sus empleados en sus políticas de RSC, reforzar el vínculo con su propia marca y, algo que hay que tener muy cuenta, hacer que se sientan orgullosos de pertenecer a la compañía que les ha permitido vivir la experiencia.
Para Exploramás son acciones que generan tanta exigencia en su planificación y desarrollo como satisfacción tras su ejecución.