No son sólo barcos que llegan hasta el centro de las ciudades. Los cruceros fluviales también son espacios para convenciones y eventos y una opción de alojamiento en el mismo centro. Empresas como Politours confirman que el interés por parte de los organizadores es creciente, gracias a que el producto combina singularidad en cuanto espacios, cercanía a los destinos y facilidad de acceso a los mismos en lo que a distancia y tiempo se refiere, una gran diferencia con respecto a los cruceros marítimos. Y además de eso, una flexibilidad en los horarios que los hace fácilmente adaptables a las excursiones que formen parte de un programa de incentivo.
Politours se presenta como la empresa de referencia en cuanto a cruceros fluviales destinados al mundo hispanohablante. Dentro de su amplísimo programa de rutas destacan las más adaptadas a incentivos cortos, como la que recorre el Duero en Portugal durante cinco días; o la del Sur de Francia, en torno a Burdeos, con la misma duración. Además, la compañía propone salidas al mar en Croacia, Costa Rica, Canadá y Patagonia chilena y Argentina.
Ventajas
Evitar la dispersión de los asistentes a una convención es mucho más fácil que en crucero marítimo. Como en este último, el control sobre los gastos también está asegurado ya que se contratan paquetes cerrados en los que el cliente decide la gama de las bebidas y los menús que se ofrecerán.
En cuanto a las excursiones y otras propuestas de incentivo, la cercanía a los centros de las ciudades permite incluir su visita y, por qué no, pasar jornadas enteras. Las travesías no suelen ser muy largas, a lo sumo de ocho horas, que se pueden programar para la noche.
El contacto con el barco es directo, así como con la costa, siempre a la vista y con el encanto añadido de descubrir lugares históricos desde el agua.
Es importante tener en cuenta que muchas veces las cabinas, más pequeñas en tamaño que los camarotes de los barcos de crucero, son dobles. Politours ofrece capacidades en este formato de hasta 160 personas, destacando que la existencia de menos cubiertas, dos o tres como máximo en función del barco, favorece el contacto entre los asistentes.
No por ello se trata de barcos pequeños: los que ofrece Politours cuentan con zona solarium o sala de gimnasio y sauna. Para eventos, el mobiliario de restaurante y otros espacios permite el acondicionamiento en aula para cualquier programa profesional. Otro de los alicientes es la posibilidad de personalizar: la imagen de marca de la empresa puede estar presente en cada uno de los rincones del navío.
Todo incluido
CroisiEurope es pionera en la introducción del todo incluido en sus cruceros fluviales. Cuenta con la flota más grande de Europa y el 70% de sus 230.000 clientes en 2013 fueron grupos. Para ellos se ofrecen capacidades entre 100 y 180 personas, siempre con la posibilidad de organizar una convención a bordo en la que el grupo esté reunido en una misma sala.
En total, ofertan 250 itinerarios con duraciones que abarcan desde los cuatro a los doce días, siempre con la filosofía de que un crucero fluvial es más un hotel que navega y se dirige hasta el centro de las ciudades. De hecho, muchas empresas ya han optado por sus barcos como alojamiento, en ciudades como París o Venecia: un “hotel” que permite desplazarse durante la jornada a diferentes puntos del destino y organizar eventos lúdicos a bordo mientras se visita desde el agua. Las peniches de París tienen capacidad entre 12 y 24 pasajeros y navegan por todos los canales de Francia.
Conscientes de la necesidad de adaptar los tiempos a las necesidades de los clientes del sector MICE, proponen el mítico crucero por el Rhin en cinco días en lugar de ocho.
Variedad de destinos
AmaWaterways y Politours proponen circuitos en barco en destinos exóticos como Vietnam y Camboya, con navegación en la bahía de Along, el río Mekong y hasta Siem Reap para visitar Angkor. Todos los operadores europeos tienen circuitos en Rusia, sobre todo de Moscú a San Petersburgo, dentro de sus productos estrella. China, con la travesía por el río Yangtzé; Egipto y el Nilo, también forman parte de los más demandados.
Algunas navieras proponen circuitos tematizados en torno al vino o en combinación con otros medios, como el recorrido en barco y tren que AmaWaterways ofrece en Sudáfrica.
Hay que incluir en el programa, y en su coste, el traslado de los grupos hasta el punto de partida. Una vez allí, el crucero fluvial se revela como una combinación óptima para trabajar y descubrir varios destinos, sin olvidar el interés del barco como alojamiento y las actividades de incentivo y teambuilding que también se pueden organizar a bordo.
Para este tema hemos entrevistado a:
Natasha Santos
Asesora de Viajes en Incentivos Veinte Diez
“Lo mejor es privatizar un barco completo”
Pablo Moreno
Director de Spain Events
“Los cruceros aún se ven como algo vacacional”
